Fragmento del adiós

Habría de ocurrir un hecho revelador que hiciera notar el desencanto, la despedida y la tragedia del querer, y un día sin más… ocurrió.

La culpa fue propia, por quebrantar el amor y seguir pintando ocasos inseguros.

Se pensó en la posibilidad después de los agravios. La carta del «por qué» se ha convertido en una sutil y contundente despedida.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: