Los tiempos son dispares, cuando las ganas son desiguales.
Mientras se huye de la explosión, la bomba busca cobijo, sin ver que el que escapa no abraza, y el que desvive explota.
En la expresión natural de uno, se abruman las razones del otro, y en la ansiedad del entronque, se disipan los reproches.
Quisiera que la agonía del que añora, no fuera el sufrimiento del provocado, y que el que serenamente espera, no se sintiera atacado.
Que las ganas y la ansiedad de uno, busquen temple en el querer del otro, para que la decisión de verse no se torne caprichoso.
Robar todas sus razones, legitimar estas ganas, para entender porqué se ausenta, cuando más se le ama.
Esa es mi hija
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Lo amo, Pa.
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