Si te pidiera una hora de tu día, si tú me concedieras esa hora de tu vida, tenlo por seguro, yo te haría feliz.
Dejaría que tu instinto protector me envolviera, cuidaría de tu efímera realidad a mi lado, guardaría tu sonrisa junto a la mía, y tenlo por seguro, serías muy feliz.
No habría instante en el que te sintieras vacío, trataría de llenar cada espacio con poesía y cariño, en cada segundo encontrarías un motivo, oculto previamente en mi mirada.
Tus ojos marrones volverían a brillar, y llegado el momento en que tengas que marcharte, te pediría una hora, al día siguiente, toda la vida…
Marzo, 2017