«Inscribirte, no morirte, recibirte», solía repetir con una indescriptible forma de percibir lo agobiante. Solo él tenía el don de convertir la adrenalina pueril, en el más cotidiano e intrascendente suceso.
Mis primeras impresiones fueron erróneas, pensaba que de verdad no le importaba el angustiante porvenir, después comprendí que era todo lo contrario, él era prudencia, disfrazada de juventud, y ese era el secreto para no morir en lo incierto, ser tan viejo, siendo demasiado joven.
«Es correcto», asentía con tal burla, que antes de la corrección al inocuo comentario arrojado previamente, invocaba en todo su perfil, una especie de aura que me dejaba perpleja, y es que, su efusiva entonación no estaba en sus palabras, sino en la desafiante forma de encarar cuando se habla.
Discutía con el porte y debatía con la miraba, todo él era algo difícil de describir, toda su esencia se postraba en su mirada, ¡Parecía burla!, te lo juro, ¿Y se burlaba?, sí, bastante, pero es que todos éramos tan incapaces, que a él no le restaba otra cosa, que hundirse en nuestros desatinos.
Resultaba peligroso desafiar su dicho, siempre lidió con la ineptitud ajena, y no lo digo por nuestra natural forma de ignorar el mundo, sabrás que hay claridades y complejidades que no se dimensionan velozmente, pero también hay obviedades que aterran en demasía y más cuando éstas no logran ser descifradas. Pero al final éramos eso, una inigualable mezcla de inquietudes, una etapa más del paso por el mundo, y él lo fue también con nosotros.
Y bueno, sabrás que lo que inicia, habrá siempre de concluir, a veces de tal forma que no logra dimensionarse, o porque resulta intrascendente o porque es demasiado importante. Ya lo sabes, el descanso de unos, es el suplicio de otros.
¿Qué dices?, ¡Claro!, al final se salió con la suya, el caracho se inscribió, no murió y ahora está por recibirse.
Con cariño para el mejor de todos.
Felicidades.
La chica de la mancha 
Que gran talento !! 😃😃😃
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