por Judith Ponce Ruelas, la chica de la mancha
Imagen destacada: Revolution de Uriel Reyes
Tiempos álgidos y espíritus perennes, más lucha el que de hambre padece que el que alimentarlo corresponde.
Por muchos años la ignorancia enalteció lo que el poder jamás dimitiría, el oprimido asimiló que no son méritos, sino posibilidades lo que encamina, lo que posiciona, lo que esclaviza; y que ante la sujeción no existen motivos, ni causas, ni nada que le consienta.
Fuerza y perdón, nociones que al conjugarse avasallan al incauto, pero que al confrontarse, generan las polimorfas posibilidades de resurrección.
Actuar confiere poder, legitima o condena, la omisión siempre proclamará vacíos que otorgan, que juegan y que vacilantes nunca ofertarán asilo. Se requiere verdad ante la calamidad que nos atosiga, comenzar a soñar en terminar con todo lo que nos castiga.
En un mundo donde cohabitan la tibieza y el estupor no merece…
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