Éramos muchas caminando, a prisa, sin ritmo, descalzas, incisas.
En la palestra del caos éramos risa, encanto, talento, desorden.
De pronto arribó sumisa, la duda, el llanto, las dichas y los sermones.
Todo parecía expuesto, dicho. Dibujo cierto de nuestros temores. Hasta que Elisa preguntó: “Y a todo esto, ¿Dónde están los cantores?”.
¡Lo amé! Me encanta todo lo que está puesto en escena.
Me gustaMe gusta
Estuvieron ausentes, porque en ese encanto, no existían varones.
Me gustaMe gusta
No puedo ser más fan. 💕
Me gustaMe gusta