Y por eso estamos tan fragmentadas, tan rotas… las personas al no tener claridad solo propiciamos fantasmas y dudas en nuestro andar.
Vivir en un espejismo suspendido en el aire por la efusión de un instante, genera abismos construidos desde lo alto, que no aterrizan en la realidad y al estar inertes en verdad, rompen y estallan en la inmensidad del por qué…